viernes, 26 de junio de 2009

Michael, el inmortal



En la entrada "Mi cabello vs. el tuyo" hablaba de cómo las personas tendemos a idolatrar a la gente famosa y volvernos locos con el simple hecho de verlos. Los famosos causan conmoción entre la gente y conquistan a personas que jamás conocerán, pero que llevan años siguiendo con atención todo lo que hacen


Ayer escuché a Shepard Smith, exitoso periodista de la cadena FOX, diciendo que el rostro de Michael Jackson era tal vez el más conocido de todo el planeta. Y no lo contradigo. Prácticamente toda la población mundial, sin importar edad o nacionalidad, sabe quién es Michael Jackson. Ahora, en medio de toda la controversia que empieza a rodear los hechos de su muerte, miles de personas se reúnen afuera del hospital de la UCLA para darle el último adiós al Rey del Pop.


En lo personal, jamás fui fan de Jackson, ni siqueira me sé la letra de sus canciones, pero si tengo recuerdos que, en cierta forma, giran alrededor de él. Recuerdo que cuando vino a México se hospedó en el hotel Presidente Intercontinental y que los boletos para su concierto, aunque no recuerdo si dio más de uno, se agotaron. Y, como fan de Los Simpson, es imposible olvidar el episodio en el que Homero conoció a Michael Jackson en la clínica psiquiátrica. Obviamente reusltó que el amigo de Homero no era el verdadero Michael, pero vaya que ayudó a Bart a componerle una canción a Lisa. Y también es inolvidable el video de Black or White


Seguramente muchos fanáticos de Michael -lo mismo habrán hecho las fans de los Beatles - están desconsolados por la muerte de su gran ídolo, pero pensando bien las cosas, ayer, finalmente, el Rey del Pop alcanzó la inmortalidad. Hoy, aunque casi no he estado en contacto con el radio y la tele, he visto más videos y escuchado más canciones de Michael Jackson que en cualquier otro día de mi vida, Y ése es el punto exactamente: las canciones y videos de Jackson no desaparecerán porque él se murió, al contrario, están más presentes que nunca (chequen Amazon.com) Lo único que se acabó del cantante son los nuevos escándalos y las burlas que desde hace varios años le hacía toda la industria del entretenimiento -lo último tal vez sólo por un timepo. La verdad es que lo triste de su muerte son los problemas que ahora enfrentarán sus hijos con los acreedores, abogados, familia, etcétera.
Al lado les pongo el video de Ben, una canción interpretada por Michael Jackson cuando todavía era un niño.

martes, 23 de junio de 2009

Mi cabello vs. el tuyo


En estos momentos me parece graciosa la existencia de la Ley de la Oferta y la Demanda. Si no fuer por las clases de Empresa Informativa y economía que tomé en la Universidad, no entendería lo mínimo sobre la curva de precios y demás conceptos que se relacionan con ella.

Todo esto de la economía, precios y dinero es un producto de la imaginación del hombre por el simple hecho de que depende de nosotros cuánto valen las cosas. Si todos nos pusiéramos de acuerdo en considerar al oro como algo sin valor y de repente nadie lo quisiera, el precio del metal “precios” se desplomaría.

Mi mamá compró una caja de Froot Loops y dentro venía- aparte del cereal, por supuesto- un lanzzer de Transformers. Como bien sabrán todos los que se han encontrado un juguete en una caja de cereal, el lanzzer es una de esas mugritas que entretienen por un rato, pero que después terminan hartando a las personas y rodando por toda la casa hasta que alguien se anima a tirarlas al bote de basura. Pero, pensando en esto del principio de la oferta y la demanda, si yo dijera en algunos 50 años que ese pedazo de plástico fue lo que inspiró al más grande artista del siglo XXI-sólo Dios sabe quién será- a pintar su obra maestra, esa mugrita se convertiría en una “joya” invaluable.

A mi parecer le damos mucho valor a las cosas materiales, en especial a las piezas únicas para, según yo, poseer un pedazo de historia. Nos aferramos al pasado y tratamos de ser parte de las cosas más grandes que ha creado la humanidad. Y por supuesto que monetariamente esas cosas valen mucho, simplemente todos las queremos tener. A mi me encantaría tener entre mis posesiones una pelota firmada por “El Gran Bambino” o una pintura original de Monet o Renoir colgada en mi recámara, pero no tengo suficiente dinero para comprarlas.

Y lo mismo-gracias a mi hermana que me lo recordó- hacemos con las personas. Me parece que todos tenemos algún ídolo o alguien a quien admiramos profundamente y por quien nos volvemos locos. Clásico es el ejemplo de las chicas que gritaban y luego se desmayaban de la emoción al ver a Los Beatles bajándose de un avión en la década de los 60. Olvidamos que Los Beatles y toda la gente famosa, exitosa o poderosa, es exactamente igual a nosotros. Pero los idolatramos sólo porque nos encanta lo que hacen. Creo que nadie de los que leen mi blog pagaría algo por tener un poco de mi cabello, pero muchos pagan una millonada por el de Britney Spears. Es difícil creer que con lo babas que somos el mundo siga girando. Y sólo "honor a quien honor merece".

jueves, 18 de junio de 2009

La lucha diaria de una mujer mexicana




El diario Reforma, por los problemas que tuvo con la Unión de Expendedores y Voceadores de Periódicos de México, tuvo que crear una red de distribuidores que vendieran sus ejemplares por todo el Distrito Federal. No es raro ver a los distribuidores del Reforma vestidos con su característico uniforme tratando de vender algunos ejemplares en los principales cruces de la ciudad.

El otro día tomé el metrobús, que por fortuna iba vacío, y en alguna estación de la Roma se subió una señora que trabaja vendiendo el Reforma. Cualquier persona que vive en la Ciudad de México reconoce a los vendedores gracias a su característico uniforme verde amarelo. Ignoro si ese trabajo es bien pagado, aunque sinceramente lo dudo, pero vaya que es duro. En los últimos años la Ciudad de México, a mi parecer, se ha vuelto más calurosa. Y, por si fuera poco, este año casi no ha llovido y el calor es insoportable.

La señora se subió al metrobús, que todavía seguía vacío, y pudo agarrar un asiento. Llevaba un buen número de ejemplares del Reforma que no pudo vender envueltos en papel estraza y en la espalada una de esas mochilas que regala Cemento Cruz Azul a los albañiles que van al Estadio Azul el 3 de mayo. La mochila se veía pesada y sólo alcancé a ver que llevaba una botella de agua. Antes de sentarse, puso los periódicos sobrantes en otro asiento vacío y se descolgó la mochila. Después de hacer una serie de maniobras con todo lo que llevaba cargando, finalmente tomó asiento y se puso los periódicos en las piernas. Supongo que no estaba cómoda porque dio un jalón a los periódicos y rompió el papel estraza.


Algunas paradas después se subió un tipo como de 25 años y le pidió a la señora reforma que le diera permiso para ocupar el asiento vacío que estaba a su lado. La señora maniobró con sus periódicos y el hombre tomó asiento. El sujeto no tenía nada fuera de lo común excepto unas extraño corte de cabello que no sabría cómo describir.

Los he hecho leer los siguientes párrafos porque me llamó la atención lo duro que debe trabajar esa pobre mujer para vender algunos ejemplares del Reforma en sábado. Tal vez la mujer está casada con un albañil y tienen algunos hijos, digamos tres, que mantener. Como es típico en México, el sueldo de un albañil no es suficiente para costear todos los gastos que genera una familia, mucho menos ahora que un paquete del mundialmente famoso pan Bimbo cuesta alrededor de 25 pesos. Por tanto, la mujer se ve obligada a salir a trabajar. No sé cuánto paga el Reforma para que esas pobres personas vendan sus periódicos pero seguramente no es mucho.

La señora llegó tarde a su casa y un hogar lleno de niños la esperaba. No entró con mucho dinero, pero hizo lo que pudo para darles una vida mejor.


Imagen: eleconomista.com.mx

miércoles, 3 de junio de 2009

Yo quiero una vespa


Santa Teresa de Ávila decía que "La vida es una noche en una mala posada". Me parece que esa frase continúa diciendo que la vida se va muy rápido. Para mí no es tanto que la vida sea una noche en una mala posada, sino más bien un viaje en motocicleta-como si alguna vez me hubiera subido en una- que también se va muy rápido.

Puedes ir sola o acompañada, pero el viaje siempre empieza y termina. Entre el primer momento y el último hay una serie de acontecimientos que dependen directamente de la dirección que ha decidido tomar el conductor de la moto.

Si la moto es pequeña, como en el caso de una Vespa, me imagino que es más fácil maniobrarla. Rápidamente la moto dobla hacia derecha o izquierda siguiendo los caprichos de quein la controla.

Y la vida siempre es así. Todo empieza cuando naces; después llegan los cuarenta días; cumples meses y años; te mandan a una escuela que no te gusta, y luego a otra; sigues creciendo; terminas, después de 20 años, tu educación; empiezas a trabajar; te casas; tienes hijos; sigues trabajando; mandas a tu prole al mismo colegio al que fuiste; se casan; te conviertes en abuelo; vives muchos años más; mueres.

Por mucho que se quiera controlar a esa pequeña moto, hay muchas rutas marcadas que te llevan a los lugares a los que es acpetado ir. Pocos son los que se atreven a cuestionar lo dicho, a virar hacia la izquierda cuando todo señala que debe ser a la derecha, pero eso sí, no importa cómo o qué cosas hayas visto en el camino, todos siempre llegamos al mismo lugar. Aunque, como se dice, hay que saber llegar.

Como diría Apple, Piensa Diferente.