martes, 18 de diciembre de 2007

Los Artistas de la Paz


Resulta que a algún loco se le ocurrió decir, no sé cuándo, que la pluma es más poderosa que la espada. A pesar de ser comunicadora, y digo lo siguiente,con gran vergüenza, aún no he probado las delicias del poder que da la pluma cuando las palabras trazadas por su fina punta influyen en la vida de alguien más.

Recientemente me he dado cuenta de que, después de todos los ratos amargos que he pasado por su culpa, sí me gusta escribir. Claro está que no tengo el talento de un premio Nóbel en el manejo de la combinación de letras, pero por muy humilde que sea mi forma de escribir, he llegado al punto de disfrutarlo.

¿Qué si me cuesta trabajo? Sería la mentirosa más grande del mundo si dijera que las palabras simplemente fluyen. La realidad dista mucho de ser esa maravillosa fantasía.

Llevo años escribiendo, pero poco tiempo disfrutándolo. A lo largo de mi vida académica he entregado “escritos” que lejos de llegar a un mínimo grado de belleza, terminan siendo ridículos y vergonzosos.

Creo que mi problema se centra principalmente en que quiero escribir como los otros escriben y como desean que escriba. Vivo aprisionada en un molde rígido de reglas y fórmulas que ni siquiera domino.

A veces, para cambiar la escritura, y el mundo, es necesario romper con todo aquello que está establecido. En la escritura hace falta ser valiente. Los escritores tienen o, si me lo permiten, tenemos que usar con valentía esa pequeña espada que está a nuestro alcance.

Siempre me ha gustado pensar que prácticamente todo lo bueno que puede hacer el hombre, está gobernado por la correcta combinación de unas pocas letras que harán que actuemos de la mejor manera en cada circunstancia.

Me atrevo a decir que aquellos que han tenido la valentía de levantar esa pequeña pero orgullosa espada en nombre de todo lo bueno que esconde el ser humano, son verdaderos artistas, no única y precisamente de la literatura, sino de la paz.


Imagen cortesía de: netcom.es

jueves, 6 de diciembre de 2007

Menos IED para América Latina


México ha sido desplazado por las naciones emergentes de Asia, principalmente China e India, en la captación de la inversión extranjera directa de Estados Unidos y Europa en lo que va de la década.

La inversión extranjera directa (IED) es la que se refiere a meter capital para crear empresas y generar activos permanentes y de largo plazo en un país, éstos pueden ser fábricas, edificios, instalaciones, etcétera.

La IED llega a los países que muestran estabilidad tanto política como económica y que resultan atractivos para los inversionistas extranjeros.

Resulta positivo para un país contar con IED porque proporciona beneficios a largo plazo y porque es una forma de generar fuentes de empleo.

Según un artículo publicado por el Grupo Coppan, la IED no ha contribuido mucho para que se reduzca la brecha tecnológica en los países latinos, pero sí en los países asiáticos.

India cuenta, sin duda, con algunos de los mejores ingenieros en sistemas computacionales del mundo, y compañías de Estados Unidos han contratado servicios de out sourcing en la nación asiática.

Sin embargo, en América Latina la brecha tecnológica es enorme, de tal forma que naciones que han recibido mucha IED en décadas anteriores, como México, no presentan importantes avances tecnológicos y siguen dependiendo de países como Estados Unidos y Japón.

La IED fluye hacia Asia gracias al bajo costo de mano de obra china e india, lo que permite que las empresas transnacionales tengan mejores rendimientos que si tuvieran sus empresas, por ejemplo, en Alemania o Canadá.

México, después de captar una importante cantidad de IED durante la década de las 90, ha cedido el corazón de los inversionistas extranjeros a las naciones asiáticas, y no sólo nuestro país ha sido afectado por las pujantes economías del otro lado del mundo, sino toda América Latina.


Con información de: Grupo Coppan SC. http://biblioteca.cide.edu/panorama2006.htm

Imagen cortesía de: http://www.chinadaily.com.cn/

lunes, 3 de diciembre de 2007

Afecta la pobreza a millones de latinos



A pesar de la enorme riqueza que posee América Latina en recursos naturales y humanos, los habitantes de este continente no pueden presumir de llevar una vida llena de bienestar e igualdad económica. Nuestro continente no se escapa de uno de los problemas más grandes que afectan a la humanidad: la pobreza.

En Latinoamérica, existen alrededor de 221 millones de pobres, de los cuales un 20% vive en condiciones de extrema pobreza. Un gran número de personas son indigentes y viven con menos de un dólar al día, es decir que muchas veces no tienen para comer.

Las mujeres que habitan en zonas tanto urbanas como rurales se ven gravemente afectadas por este problema. Existen más mujeres que hombres viviendo en situación de pobreza y según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 45% de las mujeres que viven en zonas urbanas carecen de ingresos propios, comparado con el 21% de hombres que están en la misma situación.

Los indígenas son otro sector de la sociedad que se ve sumamente afectado por la pobreza . Según informes del Banco Mundial, el 86% de los indígenas que habitan en Ecuador son pobres. Desafortunadamente, Ecuador no es el único país con este problema. Países como Bolivia, Guatemala, México y Perú tienen un importante número de indígenas viviendo en una situación económica no muy favorable.

Los índices de pobreza tan altos deben ser considerados como una de las consecuencias de la desigualdad en la distribución de la riqueza interna de los países. En Brasil, por ejemplo, la mitad del ingreso nacional se concentra en manos del 10% más rico de la población y el sector menos favorecido recibe alrededor del 1.5%. Según la CEPAL, nuestro continente es la región más desigual del mundo.

Uno de los objetivos de los países latinos es reducir la pobreza a la mitad para el 2015, sin embargo los avances que se están haciendo son lentos y, según expertos, sólo 7 de los 18 países tienen la posibilidad de alcanzar esta meta: Argentina, Chile, Colombia, Honduras, Panamá, República Dominicana y Uruguay.


Imagen cortesía de: www.quechuanetwork.org