miércoles, 2 de diciembre de 2009

Sobre la muerte de la discreción



Tiger Woods, el mejor golfista del mundo, está en el centro de un escándalo que involucra a un accidente automovilístico a las 2:45 am. El suceso tuvo lugar el viernes pasado y según chismes tuvo como causa problemas domésticos (acusaciones de infidelidad).


Woods no ha querido hablar con las autoridades del estado de Florida y mucho menos contestar preguntas directamente formuladas por miembros de la prensa. Es cierto, sin embargo, que publicó un comunicado en su página de Internet (tigerwoods.com) en el que explica que el suceso es muy embarazoso para su familia. El suceso, según Tiger, pertenece al ámbito de lo privado, sin importar lo "intrusivas que puedan ser algunas personas".


Y este no es el único suceso. Cuántas veces escuchamos a los artistas tratar de evadir preguntas que tienen que ver con sus vidas privadas. Los periodistas, como lobos sedientos, tratan a toda costa de obtener respuestas a sus no pocas veces indiscretas e imprudentes preguntas. Y todo el circo es para satisfacer la curiosidad de ciertas personas que no tienen nada mejor que hacer que enterarse de la vida privada de sus ídolos.


Hay ciertas cosas -y esto es lo que pretendo decir cuando uso el término discreción- que sólo pertenecen a la intimidad de las personas involucradas. Nadie debe sacar a la luz detalles íntimos de la vida de las personas, siempre y cuando el ocultamiento de estos datos no afecte a la sociedad. Si Tiger le es infiel a su mujer, muy su problema.


Imagen: babble.com

1 comentario:

Jorge Raúl Nacif dijo...

Oye... muy buen texto este eh!

Ojala escribas más seguido Alex, tus lectores te esperamos!

Nacif